sábado, 17 de noviembre de 2007

MALA NOCHE (EEUU, 1985)... ANOCHE

POR FIN ANOCHE PUDE VER MALA NOCHE,opera prima de Gus Van Sant, en la excelente edición en DVD de The Criterion Collection, que resalta el distintivo claroscuro de la fotografía en blanco y negro y aclara el problemático sonido de una película realizada en 16 mm y con un presupuesto de 25.000 dólares (del propio bolsillo del director). "Tan cruda y auténticamente personal -dijo el Washington Post en una cita recogida en el poster del filme- que se siente como rodada a través del ojo de una cerradura." Y ciertamente es ésta la principal virtud de este ensayo primerizo que ya anuncia las líneas básicas del cine posterior de un director que, aunque ha flirteado con Hollywood, ha sabido mantenerse al margen. Saltos de espacio y tiempo en el zigzagueante discurso narrativo, papel fundamental del montaje en la especificación del sentido argumental (la escena de la sodomización en primerisimos planos de los cuerpos es sólo el ejemplo más brillante), cruda exploración de la naturaleza del deseo, antisentimental disección de las fragilidades de la condición humana, decantación por la marginalidad sexual y social... Elementos todos ellos del cine de Van Sant que aquí ya se entretejen para componer una historia simple, pero profundamente sentida, de la pasión imposible de Walt, un joven gringo, por Johnny, un adolescente mexicano inmigrante heterosexual.

Es difícil no juzgar MALA NOCHE con la perspectiva de todo lo que vendría después (My Owm Private Idaho, Drugstore Cowboy, Elephant...) y encontrarla inevitablemente imperfecta y poco pulida. Pero aquí radica también su principal atractivo. Como si de un "reality show" se tratara, asistimos, inadvertidos, a momentos acelerados de unas vidas corrientes pero nada ordinarias, elevadas a categorías simbólicas por una imaginería de fuertes contrastes caravaggiescos. La película transpira descarnada energía y unas ganas creativas poco frecuentes y nos recuerda las posibilidades del cine para decir algo significativo. Prácticamente ignorada y no distribuída en 1985, ya era hora que se la rescatara. Pero que su protagonista, el excelente y atractivo Tim Streeter, prácticamente no haya hecho nada desde entonces, es una irreparable injusticia.

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