martes, 12 de octubre de 2010

JOAN SUTHERLAND (1926-2010): IN MEMORIAM



Cuando le faltaba menos de un mes para cumplir los 84 años, ha muerto en Suiza, tierra de nadie y de todos, Dame Joan Sutherland, víctima de una larga enfermedad. La soprano australiana, con voz ancha y asombrosos sobreagudos, reinó suprema como Lucia di Lammermoor, un papel que en 1959 (Covent Garden) le lanzó al estrellato, justamente cuando Maria Callas empezaba a perder la voz. Su dicción siempre peculiar y la carencia de un auténtico legato fueron trabas para mi completo disfrute de la cantante. Pero pocas sopranos han podido competir con ella en coloratura y pura técnica belcantista. El suyo era un instrumento espectacular, algo más allá de lo que parecía posible para la voz humana. Aunque solo alcancé a verla a mediados de los 80, en Lucia y Anna Bolena (ambas en Covent Garden), cuando ya se acercaba su digno rertiro, en mi memoria quedan esos Mi sobreagudos con que señalaba el final de la escena o de la ópera. Un sonido brillante que llenaba todo el teatro y vibraba en mis oídos con la excitación que durante cinco siglos ha mantenido viva a la ópera. También pude confirmar su buen humor y fina ironía, mientras me dedicaba una foto, ya sentada en el asiento trasero del coche que la recogía a las puertas del teatro, con un socarrón comentario sobre las exigencias de Big P (así llamaba a Pavarotti) acerca del tamaño y posición de su nombre en la portada del disco de Norma, grabada de nuevo tardíamente por la soprano junto a la imponente Adalgisa de Caballé. Dame y Diva sin ínfulas, fue señora de de muchas notas y sonrisa generosa. Una anti Melba. Sus numerosas grabaciones, siempre para DECCA, seguirán recordándonos el milagro de la voz humana.