VERDI 200: FELIZ CUMPLEAÑOS, MAESTRO

CABALLÉ CUMPLE 80 AÑOS

La Caballé celebra hoy, sin especial festejo, sus 80 años. Un cumpleaños especial que la prensa nacional ha ignorado; acostumbrados como estamos a ella, esa Diva aparentemente tranquila y hogareña que nos ha acompañado toda la vida. Pero cómo envidiarán en el futuro a aquellos que compartieron sus años de gloria y fueron testigos del milagro de su voz. Como hoy ocurre con Caruso, muchos dirán de ella mi abuelo la escuchó en vivo. Por suerte su testamento de grabaciones, en audio y video, es incomparable, en cantidad y calidad. Ninguna otra soprano ha dejado tantas muestras de su arte. Y si no siempre acertó en lo mucho y variado que acometió, creo que siempre fue ella misma e hizo lo que pensó que debía hacer. Y, Dios mío, si lo hizo bien.

JOYCE EN EL REAL

El pasado 8 de marzo Joyce DiDonato hizo parada, en su gira de Reinas desesperadas del melodrama, en el Teatro Real de Madrid. Ella misma expresó su gioia de volver a esa casa, donde la última vez fue ragazzo (Rosenkavalier), ahora como regina. Reinas desbordadas por la pasión, la furia y el desgarro amorosos, que en su voz prodigiosa cantaron como diosas. Estuvo claro que es una auténtica Diva, cantante sin par, que encanta con su voz y subyuga con su presencia. Todo un regalo para los sentidos. Ideal para devolvernos esos placeres raros y exquisitos del artificio barroco. Segura en el canto spianato y en la coloratura brillante, usa con maravilloso abandono trinos y stacatti y todos los recursos de la mejor escuela belcantista. Casi un milagro, del que doy fe, porque tuve la suerte de estar allí.





Estos videos robados con mi iPhone al final del recital sirven de recuerdo (deficiente) de un recital memorable.

AUN GRANADA

TOMADA EN EL ALBAICÍN, tenía por fortuna el dedo en el disparador cuando entraron en el campo del visor. Por un momento me pareció haber sido transportado, en un capricho del tiempo, como en esos episodios de "Twilight Zone", a la Granada nazarí de hace medio milenio. Con un sol despiadado de mediodía podría tratarse igualmente de un espejismo. Pero no. Era una simple pareja de turistas en Andalucía. Con su cámara de vídeo al costado (que aquí no se ve). Rastreaban, como yo, los vestigios de la legendaria Al Andalus. Con otros ojos, seguramente. ¿Verían lo mismo?