sábado, 16 de junio de 2007

COLIN FARREL. (2002)

Parece mentira que haga tanto tiempo. Pero, aunque no se luciera precisamente en Alejandro Magno y fuera tan timorato a la hora de besar a otro actor en la pantalla, yo por este chico tengo debilidad. Fue mi última entrevista en Hollywood, el final de una larga etapa. No la echo de menos. Nunca me excitó el polvo de estrellas. Pero Colin...


NACIÓ EN DUBLÍN y rezuma encanto irlandés. Hijo de famoso futbolista, él prefirió la escuela de arte dramático, que dejó pronto para darse a conocer en una serie de la BBC. En EEUU sólo empezó a llamar la atención el pasado año, cuando destapó bastante más que su talento como recluta rebelde en Tigerland. Ahora vuelve a ser soldado en Hart’s War, donde mide fuerzas con Bruce Willis. Pronto lo hará con Tom Cruise en Minority Report, la nueva película de Steven Spielberg. Por su más reciente trabajo (The Farm) ha doblado el salario, que ya es de 5 millones de dólares. Este chico no corre, vuela. Y viéndole entrar a nuestra entrevista en Las Vegas, nueva sensación de Hollywood, con vaqueros ajustados, camiseta negra y sonrisa desarmante, no es difícil comprender tanto revuelo. ¿Pero el de su pelo?

-¿Y este peinado que traes? ¿Es un nuevo estilo?
-“No, casi acabo de saltar de la cama… Y no tengo estilista personal. (Alborotándolo aún más con la mano) ¿No te gusta?.”

-Sí, sí, te sienta muy bien. ¿Cansado de tanto promocionarte?
-“Bueno, ayer hice 88 entrevistas de dos minutos cada una para televisión y, tras repetir lo mismo una y otra vez, te sientes la persona más plomo del planeta, pero vamos, tampoco voy a quejarme…”

-Ese tatuaje que se te adivina en el brazo derecho, ¿me lo enseñas?
-“(Remangándose la camiseta). Sí… Me lo hice hace unos ocho meses… Siempre quise tener uno, pero no encontraba nada que me gustara. Pero fuí a Tahiti, vi unos diseños bonitos y me puse este….”

-Enorme y lleno de arabescos indígenas.
-“Sí y tiene las iniciales del nombre de mi familia… No creo que quiera quitármelo nunca, pero como cambie de opinión va a ser bastante difícil, porque es muy grande…”

-A Tahití fuiste tras fugarte y casarte en una boda relámpago con la actriz Amelia Warner en julio. Pero en noviembre ya estábais separados.
-“Sí, pedimos el divorcio.”

-¿Eres tan impulsivo para todo?
-“Sí, espontáneo… Que pase lo que tenga que pasar. Vivo al día y tomo cada cosa como llega.”

-¿Te ha afectado mucho esta separación? ¿Te da pena?
-“¿Pena? Noooo…Me siento personalmente bien, y ella también. Ambos seguimos vivos y en contacto… Pero vamos, tampoco voy a negar que derramé mis lágrimas.”

-¿Tienes nueva chica?
-“No, no tengo novia ahora mismo. Estoy libre…”

-¿Cambia eso en algo la manera en que abordas tu trabajo?
-“¿No tener novia? No, realmente no… Fue fantástico que Mely estuviera conmigo durante los cuatro meses y medio del rodaje de esta película en Praga. Es maravilloso estar enamorado y quizás eso añadió una cierta ternura a mi personalidad que me facilitó interpretar a un personaje como Tommy Hart, que es como muy entrañable…”

-¿Se te arrojan ahora las mujeres a los pies aún con más facilidad?.
-“¿A los pies? Aún no se me ha arrojado niguna. Sigo esperando…”

-O sea que no te importaría.
-“Por supuesto que no. Mira, tengo 25 años… Si alguien se me ofrece, ¿qué esperas que haga? ¿Qué no me divierta y no haga el amor? Por supuesto que no. Yo no voy a rechazar a nadie por temor a que se interponga entre mí y mi trabajo.”

-Por cierto, tus películas hasta la fecha han tenido repartos casi exclusivamente masculinos.
-“Es cierto, pero en la que estoy haciendo ahora, The Farm, hay una chica y es mi novia, así que espero que siente precedente…”

-En Tigerland tuviste, sin embargo, una escena de cama bastante subidita. ¿Te corta desnudarte en la pantalla?
-“Para nada…Me despeloto sin problemas. Una polla no es más que piel, como cualquier otra parte del cuerpo. No me apura en absoluto quitarme la ropa. Todos sabemos lo que llevamos debajo. Algunos más que otros, pero bueno…”

-No temes las comparaciones odiosas.
-“No, la verdad es que no… Estoy contento con lo que tengo.”

-¿Y como te sienta que en Hollywood te llamen el próximo Brad Pitt?
-“Me halaga. Siempre he admirado el trabjo de Pitt. Pero intento no pensar en eso, ni medirme con nadie, ni imitar, ni seguir sus pasos. Yo respeto a la gente por su trabajo, si es que lo respeto, y nada más.”

-También dicen que tu mayor atractivo son esos ojos negros, por donde casi se te escapa el alma. ¿Tú crees?
-“No tengo ni idea de cuál es mi mayor atractivo, aunque sé que el físico es bastante importante… Hace poco alguien me preguntó que qué se sentía al ser la próxima gran cosa. Bueno, pues puedo decir que es mejor ser la próxima gran cosa que la última pequeña cosa, ¿no? A mi todo me parece bien, que digan o escriban lo que sea. ¿El próximo Brad Pitt? Pues bueno. Me encanta, me encanta eso… Con Pitt coincidí una vez en una fiesta. Simplemente nos dimos la mano, pero por lo que oigo es un tío encantador.”

-¿Qué te atrajo de ‘Hart’s War’ y un papel que John Cusack rechazó?
-“Que era una historia bastante honesta y bastante bien escrita. Cuando leo un guión, es su totalidad lo que miro, todos los papeles, no sólo el mío. Así que no fue tanto el personaje en sí… No tiene sentido interpretar un buen personaje si la película es una mierda.”

-Cuentan que te lo pasastes bomba en los bares de Praga.
-“Oh, sí. Me encanta beber y esta es una ciudad fantástica para eso, extraordinaria cerveza y todo lo demás. En ese sentido fue un poco como Irlanda, donde también tenemos buenos bares. Pero al mismo tiempo fue triste, porque hay mucho dolor y pobreza en Praga… Si no llevas anteojeras, lo ves por todas partes, aunque la ciudad sea muy hermosa.”

-¿Te atrae la política? ¿Tienes alguna opinión sobre el problema irlandés?
-“Sí, tengo algunas ideas, pero no quiero hablar de ellas aquí. Al fin y al cabo, soy simplemente un actor.”

lunes, 4 de junio de 2007

MIRAME




















Los ojos.... Siempre los ojos.... Mírame y calla, no abras la boca.
La paz, pensaba Albert Camus, es amar en silencio. Pero el otro y la conciencia nos aprisionan en la palabra. Hay que hablar. Y entonces el amor se convierte en un infierno... Por eso quiero fijarme en los ojos.
Me dicen todo lo que necesito saber por ahora. Mírame mirarte, devuelve la mirada... Y no digas nada.